En el sector de la minería, los aceros antiabrasivos tienen una gran importancia debido a sus propiedades de resistencia al desgaste y a la abrasión (AR, por sus siglas en inglés, Abrasion Resistant).
Aunque existen otros tipos de acero utilizados en esta industria, los aceros antiabrasivos son especialmente valorados por su durabilidad en condiciones extremas.
La dureza Brinell de estos aceros oscila entre los 360 y 540 Hb o más en algunas ocasiones.
El desgaste de los metales por abrasión se produce cuando las asperezas duras de diferentes elementos: arena, roca, chatarra, asfalto, cemento, coque, carbón, tierra, madera, etc. hacen contacto sobre el metal rayando su superficie y abriendo surcos al momento de la fricción, lo cual causa múltiples cortes que rasgan el metal. Este proceso se llama indentación y ocasionan el deterioro y la reducción de la vida útil del metal.
A estos aceros se les aplican diferentes tratamientos térmicos para transformar su microestructura y conseguir mejoras en sus propiedades mecánicas, entre las cuales, la dureza por definición es la principal propiedad. Los aceros de minería (Aceros antiabrasión AR) suelen ser aleaciones de acero de bajo carbono mezclado con proporciones controladas de diversos elementos, entre los que se destacan, Cromo (Cr), Manganeso (Mn), Silicio (Si), Vanadio (V) y Níquel (Ni).
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